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Registo de autoridade
Alberte, Bernardo
AR-BCN-ISAAR-BA · Pessoa singular · 1918-1976

Bernardo Alberte fue militar, teniente coronel del Ejército Argentino, Edecán de la Presidencia, delegado del General Juan Domingo Perón cuando éste estaba en el exilio y organizador del peronismo revolucionario.
Egresó con el grado de Subteniente en 1939, promoción 66 del Colegio Militar de la Nación.
A principios de octubre de 1945, siendo oficial de la Escuela de Infantería, fue arrestado en Campo de Mayo y acusado de insubordinación luego de salir en defensa de Juan Domingo Perón tras su destitución y encarcelación en 1945. Recuperó su libertad luego de la movilización del 17 de octubre de ese año.
En 1952 cursó la Escuela Superior de Guerra recibiendo la medalla de oro junto al grado de Mayor y fue Jefe de Instrucción del Liceo Militar Gral. Paz de Córdoba hasta 1953.
En agosto de 1954 fue designado edecán del presidente Perón. En el intento de golpe de estado del 16 de junio de 1955, encabezó la defensa militar durante los bombardeos de la aviación naval a Plaza de Mayo y Casa de Gobierno. Consumado el derrocamiento del gobierno constitucional en septiembre del mismo año, se mantuvo entre las tropas leales al presidente depuesto, por lo que fue perseguido, pasado a retiro y encarcelado por el Servicio de Inteligencia del Ejército en reiteradas ocasiones. Durante su última encarcelación fue enviado al penal de Ushuaia junto a otros dirigentes peronistas como John W. Cooke y Héctor J. Cámpora.
En julio de 1956 fue liberado en Buenos Aires y volvió a recibir un pedido de detención al que no respondió siendo declarado en rebeldía. En el mes de octubre se asiló en la embajada de Brasil, partiendo luego al exilio hacia ese país, donde trabajó primero como vendedor ambulante y luego en el diario ''O Trabalhista'' del partido de Leonel Brizola. Regresó a la Argentina en 1958 tras la sanción de la ley de amnistía que dictó el gobierno de Arturo Frondizi y abrió una tintorería en Buenos Aires.
Al inicio de la nueva década comenzó, junto a Jorge Morganti, Julio Troxler y Rubén Sosa, a reorganizar el Movimiento Peronista según las directivas de Perón de contrarrestar la creciente influencia del líder metalúrgico Augusto Vandor. En ese contexto, en el año 1965, el líder justicialista envió a su esposa, María Estela Martínez de Perón (Isabel), a la Argentina, ocasión en la que Bernardo Alberte debió refugiarla en su casa por unos días.
En marzo de 1967 fue designado por Perón como su delegado personal y Secretario General del Movimiento Peronista. Durante sus meses de trabajo en estos cargos logró activar la lucha contra la dictadura de Juan Carlos Onganía y confrontó a las vertientes "participacionistas" de la rama sindical del movimiento, lo cual le valió la creciente confianza de sectores más radicalizados del movimiento, como la Juventud y el gremialismo combativo. También estrechó vínculos con el cristianismo progresista y revolucionario. Impulsó ante Perón la postulación de Raimundo Ongaro como secretario general de la CGT, organismo tuvo su congreso normalizador a fines de marzo de 1968. Dos días antes de la realización del mismo, Alberte presentó su renuncia como secretario general del Movimiento Peronista, luego de que Perón lo desautorizara por difundir un comunicado que lo comprometía ante las autoridades españolas.
Alberte promovió desde entonces junto a Gustavo Rearte de la Juventud Peronista, con el apoyo de Cooke y Jorge Di Pasquale del sindicalismo combativo, la organización del Peronismo Revolucionario. A la cabeza de ese proyecto, dirigió y financió el periódico "Con Todo" (1968-1969) con la colaboración de Rearte, García Elorrio y Alicia Eguren, entre otros. También colaboró en otros medios gráficos tales como "Che Compañero" (1968), "Crisol Peronista" (1968) y el Diario de COFADE (Comisión de Familiares de Detenidos, 1971/1972). En septiembre de 1968, Alberte salió en defensa de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), al ser detenidos en el monte tucumano.
Durante el congreso del peronismo en Pajas Blancas, Córdoba, en enero de 1969, se pronunció en representación de la tendencia por la toma revolucionaria del poder con el objetivo de crear un “Estado Socialista-Peronista” en beneficio de la clase trabajadora y otros sectores antiimperialistas, promoviendo la solidaridad con las luchas de liberación nacional de América Latina.
Su activismo le deparó varias veces la detención en dependencias policiales. A pesar de estas situaciones, mantuvo su accionar denunciando públicamente a las “organizaciones fantasmas” que perseguían militantes. En marzo de 1972 adhirió públicamente a la “alternativa independiente de los trabajadores peronistas” lanzada por las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP).
Tras el triunfo del peronismo el 11 de marzo de 1973, recuperó su grado de militar y obtuvo el ascenso al de Teniente Coronel (RE) en uno de los primeros decretos del Presidente Cámpora, reincorporación que rechazara años atrás al ser propiciada por Onganía. Declinó el ofrecimiento de dirigir YPF en el nuevo gobierno y por un breve período ocupó el cargo de Director de Defensa Civil de la Provincia de Buenos Aires, gobernada por Oscar Bidegain.
La crisis interna del peronismo que estalló tras los sucesos de Ezeiza del 20 de junio de 1973, seguida de la renuncia de Héctor Cámpora a la presidencia, lo encontró entre sectores dentro de la Tendencia. Ante la asunción de Juan Domingo Perón por tercera vez como Presidente de la Argentina (1973-1974), Alberte llama a apuntalar su gobierno.
Por su posicionamiento interno, Alberte comenzó a estar en la mira del Ministro de Bienestar Social y quien sería el Jefe de la organización paramilitar "Triple A", José López Rega, lo cual se aceleró tras la muerte de Perón. Luego de la renuncia de López Rega tras la movilización de la Confederación General del Trabajo contra el plan del Ministro de Economía (Celestino Rodrigo) del gobierno de Isabel Perón (1974-1976), a mediados de 1975 Alberte lanzó la Corriente Peronista 26 de Julio junto a los dirigentes Mabel Di Leo, Rubén Dri y Susana Valle, entre otros, con la idea de mediar entre las organizaciones guerrilleras y la presidenta, advirtiendo la existencia de un golpe militar en ciernes.
El 20 de marzo de 1976, días antes del golpe militar, logró eludir un intento de secuestro por parte de un grupo paramilitar. A propósito de esos sucesos, escribe una carta al Gral. Jorge R. Videla fechada el 23 de marzo, denunciando la responsabilidad de las Fuerzas Armadas en la represión ilegal.
El mismo día del golpe de estado, el 24 de marzo de 1976 por la madrugada Alberte es asesinado por efectivos uniformados del Ejército y la Policía Federal, quienes irrumpieron en su domicilio, un departamento ubicado en el sexto piso en el barrio de la Recoleta en Buenos Aires, y lo arrojaron con vida al vacío desde una ventana.
Bernardo Alberte es considerado la primera víctima del terrorismo de estado implantado por la última dictadura cívico militar en Argentina.

Gotta, Héctor César
AR-BCN-ISAAR-HCG · Pessoa singular · 1936/05/19-2023/03/18

Héctor Cesar Gotta fue un reconocido radiólogo argentino que, además de dedicarse a su profesión, reunió la colección de fotografía médica más importante del país.
Nació el 19 de mayo de 1936.
Se recibió de médico en 1960. Ingresó al servicio de Radiología del Hospital Rawson, de la ciudad de Buenos Aires, donde se desempeñó durante 35 años. También se dedicó a la docencia desempeñándose como Profesor Titular de Diagnóstico por imágenes en la Universidad del Salvador.
En cuanto a su tarea de coleccionista, Gotta comenzó comprando fotos antiguas en distintas ferias de antigüedades, las cuales utilizaba en clases que dictaba. Luego aprovechó sus viajes a congresos médicos para visitar anticuarios y continuar con su afán coleccionista. Pero la mayor parte de las fotografías que reunió (fundamentalmente médicas) fueron por donaciones de conocidos y colegas.
En su acervo se destacan: una fotografía de Ernesto "Che" Guevara como estudiante de medicina; imágenes de todos los bailes del Internado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires que se llevaron a cabo mientras estuvieron permitidos (entre 1914 y 1924) y fotos del Hospital Argentino en París que la República Argentina montó para ayudar con motivo de la Primera Guerra Mundial, entre otras. Con el tiempo, esta colección se amplió a otras temáticas,
En 2013, Gotta publicó el libro "El caserón de Rosas" a raíz de la adquisición del Álbum de Vistas de la Escuela Naval Militar de 1898 del fotógrafo español Bernardo González, del que se conocen sólo cuatro ejemplares (dicha escuela fue instalada en lo que fuera la antigua casa de Juan Manuel de Rosas). También cuenta entre su colección, el antiquísimo álbum de Gonnet en Mendoza y los dos álbumes de Bradley sobre la construcción de La Plata (1884), entre tantos otros.
Asimismo, en la colección de Cesar Gotta se destaca una importante serie de fotografías del peronismo. Sobre esta serie, a partir de la firma un convenio, la Biblioteca del Congreso de la Nación realizó una selección para su digitalización y actualmente se encuentran disponibles para su visualización.
Cesar Gotta falleció en 18 de marzo de 2023.

Di Leo, Mabel Clelia
AR-BCN-ISAAR-MCDL · Pessoa singular · 1939/05/15 -

Mabel Di Leo es una destacada militante peronista y politóloga. Fue Delegada Nacional de la Rama Femenina del Movimiento en 1966, designada por Juan Domingo Perón, y fundadora de la Juventud Peronista de Vicente López durante la década del 60.

Nació el 15 de mayo de 1939. Desde muy joven participó activamente y protagonizó el devenir de la política Argentina. El 9 de junio de 1956 participó junto a su padre del levantamiento de Gral. Juan José Valle, contra la dictadura militar que había derrocado al presidente Perón el año anterior.
Si bien con los años pasaría a integrar niveles de dirigencia, en los primeros tiempos posteriores al golpe de estado de 1955, su militancia se desarrolló en su barrio con otros jóvenes como Miguel y Jorge Lizaso, hermanos menores de Carlos quien fuera fusilado tras el levantamiento de junio de 1956. Con ellos fundó la Juventud Peronista de Vicente López. Ese núcleo estuvo vinculado con los grupos de la denominada resistencia peronista y desde el cual participó del Congreso de la Juventud Peronista de 1957. Ese mismo año se incorporó a la militancia en la Rama Femenina del Movimiento, en el marco de las elecciones convocadas para 1958.

En aquel tiempo su casa también fue refugio de los hermanos Julio y Bernardo Troxler, militantes peronistas que habían regresado clandestinamente del exilio, al que habían partido luego del fracaso del levantamiento del Gral. Valle en 1956. A fines de 1959 se hizo cargo de la Unidad Básica de Munro, Provincia de Buenos Aires. Posteriormente, llegó a ocupar el cargo de vicepresidenta del Partido Justicialista en Vicente López.

En 1965, y en el marco del enfrentamiento entre Perón y el sindicalista Augusto Timoteo Vandor, la esposa del líder justicialista, Isabel Péron, viaja a la Argentina. En dicha oportunidad, Di Leo le presentó un plan de su autoría para organizar la Rama Femenina en el país. Así, el 28 de junio de 1966 fue nombrada por el General Perón como Delegada Nacional de la Rama Femenina y parte de una nueva conducción en el Comando Táctico integrado por un cuerpo de cinco miembros de los cuales Di Leo fue la única mujer.

En febrero de 1967 organizó el Primer Congreso Nacional de la Rama Femenina. En ese tiempo, Di Leo entabló relación con el Mayor Bernardo Alberte, quien fuera delegado personal de Perón en Argentina y Secretario General del Movimiento Peronista entre 1967 y 1968, convirtiéndose en una de sus principales colaboradoras. El impulso de ambos dirigentes a los sectores más radicalizados del sindicalismo peronista, que se expresó en el apoyo a Amado Olmos y, luego de su fallecimiento, a Raimundo Ongaro para ocupar la conducción de la CGT, resultó decisivo para el surgimiento de la CGT de los Argentinos en 1968.

Más tarde fue fundadora de la tendencia revolucionaria del peronismo, participando de la redacción, junto a Bernardo Alberte y Alicia Eguren, del documento resultante del congreso del peronismo revolucionario, efectuado el 9 de enero de 1969, en la provincia de Córdoba: ''Táctica y estrategia para la toma revolucionaria del poder''. Este espacio, donde se nuclearon las principales organizaciones y redes del peronismo revolucionario, publicó el periódico Con Todo, apoyó la revista ''Cristianismo y Revolución'' de Juan García Elorrio, organizó dos congresos (agosto de 1968 y enero de 1969) y se disolvió luego del Cordobazo, ante la persecución de sus principales dirigentes por parte del gobierno de Onganía.

A mediados de 1975, fundó la Corriente Peronista 26 de julio, junto a Alberte, Rubén Dri y Susana Valle, entre otros dirigentes.

En 1982 fundó junto a militantes radicales y feministas la mesa de mujeres políticas que realizó el primer acto el 8 de Marzo de 1984, en la Plaza de los Dos Congresos, por el Día de la Mujer, al que concurrieron para su cierre las Madres de Plaza de Mayo, especialmente invitadas por Di Leo.

En el lapso de mayo a junio de 1986 fue invitada por el Gobierno Cubano al Congreso Internacional para denunciar la Deuda Externa Continental.

Desde 1987 hasta 1990 cursó la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires y recibió su diploma en 1991.

Entre 1990 y 1995, Mabel Di Leo participó de la reorganización del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), organismo que reemplazó al antiguo Centro Único Coordinador de Ablación e Implante (CUCAI) a partir de la sanción de la Ley Nº23.885.

Durante los años de la presidencia de Carlos Menem, manifestó públicamente su desacuerdo con las políticas del gobierno.

Actualmente sigue militando y desempeña tareas docentes.

Vicente, Pablo
AR-BCN-ISAAR-PV · Pessoa singular · 1916-1985

Nació en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 16 de diciembre de 1916.
El 6 de marzo de 1935 ingresó al Colegio Militar de la Nación de donde egresó como subteniente de Infantería el 28 de enero de 1939, parte de la promoción 65. Luego de pasar por diferentes destinos y desempeñarse como profesor en el Colegio Militar de El Palomar, en 1950 inició en la Escuela Superior de Guerra el curso para Oficial de Estado Mayor, título con el que egresó a fines de 1952 y por el que fue ascendido al grado de Mayor. Por entonces, pasó a revistar en la subsecretaría de Ejército, en comisión, en la Presidencia de la Nación. Allí comenzó su vínculo con Perón para luego convertirse en su colaborador. Esa relación se estrechó cuando, como Jefe del Primer Batallón del Regimiento Motorizado Buenos Aires (puesto que ocupó desde el 5 de noviembre de 1953), cuerpo encargado de la seguridad presidencial, tuvo una participación destacada y decisiva en el sofocamiento del levantamiento del 16 de junio de 1955, al desarmar y rendir a las fuerzas sediciosas emplazadas en el Ministerio de Marina.
Meses más tarde, producido el golpe de estado del 16 de septiembre de 1955 que derrocó a Perón, Vicente fue detenido junto con otros oficiales que habían permanecido leales al gobierno constitucional y sometido a un régimen de prisión vejatoria que le fue impuesta durante varios meses. Fue pasado a disponibilidad el 13 de octubre de 1955; a retiro efectivo obligatorio, el 17 de febrero de 1956; y, finalmente, dado de baja del Ejército.
Por entonces, ya estaba comprometido con la organización del levantamiento militar en contra de la autodenominada “revolución libertadora” como integrante del estado mayor del Movimiento de Recuperación Nacional que, en junio de 1956, fuera encabezado por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco. Su misión en aquel intento fue tomar la Escuela de Mecánica del Ejército ubicada en Pichincha y Garay de Capital Federal. Fracasado el movimiento revolucionario, solo pudo optar por la fuga. Para salvarse del fusilamiento y salvar la vida de su familia, inició un prolongado exilio. La primera etapa transcurrió en Paraguay y luego en San Pablo y Río de Janeiro, Brasil, para desembarcar finalmente en Caracas, Venezuela, donde se transformó en uno de los colaboradores inmediatos de Perón, quien ya se encontraba en ese país.
A fines de 1957, Perón encomendó al Mayor Vicente la inspección de los comandos peronistas en el exterior y, con motivo de esa tarea, viajó por varios países sudamericanos y tuvo la oportunidad de entrevistarse con los presidentes Joao Goulart de Brasil y Alfredo Stroessner de Paraguay.
A mediados de 1958, entró clandestinamente a Argentina para sumarse a la Resistencia Peronista, constituyéndose en un enlace entre Perón y militantes de la Resistencia, ante quienes dio testimonio de la autenticidad del Pacto Perón-Frondizi, como testigo del mismo. Paradójicamente, en febrero de 1959, durante el gobierno de Arturo Frondizi, fue capturado en su domicilio particular, en el contexto del plan represivo CONINTES y alojado en la prisión militar de Magdalena, provincia de Buenos Aires, donde nuevamente padeció maltratos y torturas.
Luego de recuperar la libertad, debió exiliarse nuevamente a fines de 1959, ahora en Montevideo, Uruguay, donde atravesó etapas de severas dificultades económicas. Después de desarrollar diversas actividades para sobrevivir, consiguió dedicarse a los negocios de importación y exportación, no demasiado redituables, con su propia empresa Guilboa S.A. Pronto, su oficina comercial fue transformándose en un búnker político.
Retomado el vínculo con Perón mantuvo una nutrida correspondencia y se convirtió en el virtual delegado del jefe justicialista que hacia 1960 se había radicado en Madrid, España. En esta nueva etapa, profundizó sus relaciones con líderes de los sectores políticos populares y latinoamericanistas. Desde Montevideo articuló la Comisión Argentina Pro Retorno del General Perón, base de operaciones políticas de dirigentes y militantes peronistas de la Argentina. El fracaso del Operativo Retorno de Perón, en diciembre de 1964, fue un duro golpe para sus expectativas militantes y de vida, no obstante, por su relación asidua con el jefe justicialista, y las profusas luchas internas entre los dirigentes peronistas de la Argentina, Vicente se fue constituyendo en sólida referencia política.
En 1965 Perón le dio su respaldo para realizar gestiones ante el gobierno del radical Arturo Illia “para la recuperación del país” mediante un acuerdo formal que, finalmente no llegó a concretarse. Producido el golpe militar de 1966, Vicente estableció vínculos con dirigentes del radicalismo y de otros partidos políticos e incluso con sectores militares contradictorios ante la dictadura del general Onganía.
Entre 1967 y 1970 fue, desde Montevideo, el editor e impulsor del periódico partidario Única Solución que pasó por varias etapas y distintos formatos, y del que se publicaron 20 números. Este periódico se editó como Órgano de la Comisión Argentina Pro Retorno del General Perón y en sus páginas, a partir de septiembre de 1967, se publicaron extensos artículos del General firmados con el seudónimo de Descartes.
En 1967 Vicente tuvo un rol protagónico en la publicación de la obra de Perón “Latinoamérica: Ahora o nunca”. Editada originalmente en Montevideo, fue quien decidió publicarla, quien escribió su prólogo y quien se ocupó del proceso editorial. Por cierto descontrol en la cantidad de ejemplares impresos y, supuestamente, por la existencia de ediciones clandestinas, Perón decidió avanzar en otra dirección: reescribir los contenidos de Latinoamérica: Ahora o nunca, ampliarlos y editarlos bajo otro título: La hora de los pueblos. Vicente también participó de este proyecto e, inicialmente, fue el encargado de buscar un editor que garantizara la debida rentabilidad. Sin embargo, el propósito se fue complicando con la aparición de otros interesados en la edición y, al tomar Perón una decisión imprevista, Vicente quedó desairado y el vínculo comenzó a debilitarse.
Finalmente, cuando Perón designó a Jorge Paladino como su delegado personal, a fines de 1968, Vicente se opuso fuertemente por las condiciones negativas de dicho dirigente y la relación con el líder justicialista se deterioró aun más. En este contexto, Vicente fue víctima de intrigas gestadas en el entorno íntimo de Puerta de Hierro, que lo distanciaron casi por completo del General.
Al regresar Perón definitivamente a la Argentina, aun cuando se interesara varias veces por él, el Mayor Vicente no logró sortear el cerco férreo y discrecional que López Rega había levantado en torno a su jefe. En 1974, ya retirado y 19 años más tarde de lo que le hubiera correspondido, el Mayor Vicente fue ascendido en el Ejército a Teniente Coronel.
A pesar de todo, Pablo Vicente se mantuvo fiel a sus principios y leal a Perón hasta el final de vida.
Falleció en el Hospital Militar Central, el 24 de abril de 1985, a los 68 años de edad.

Bucich, Armando César
AR-BCN-ISAAR-ACB · Pessoa singular

Armando César Bucich nació en Quilmes, provincia de Buenos Aires, el 6 de febrero de 1900, en el seno de una familia de educadores de largo arraigo en esa localidad. Fue docente, periodista, militante político y llegó a ser intendente de su localidad en el año 1954, por el peronismo.
Hijo de Juan Felipe Bucich y Rosa María Vaccarezza, realizó sus estudios secundarios en el Colegio José Manuel Estrada de la ciudad de Buenos Aires, donde se recibió de maestro normal y profesor normal con especialidad en letras. En el año 1919 comenzó su carrera docente en distintos establecimientos de la Capital Federal; fue secretario técnico de varios Consejos Escolares entre los años 1930 y 1952 y docente en la Escuela Normal y el Colegio Nacional de Quilmes.
Además de su labor educativa, fue periodista y como tal perteneció a la Asociación Gente de Prensa. Junto con su esposa, Edith María Antonia March -quien también fue educadora- formó parte de diversos círculos la sociedad quilmeña, ocupando un lugar importante en el mundo cultural local. Fue autor de dos obras: una novela "Desorientados" (1937) y un ensayo titulado "La verdadera democracia" (1952). Su casa de Quilmes fue un lugar de encuentro para la cultura y la política entre los años 40 y
finales de la década de los 70. Por las diversas actividades que desarrolló, Armando Bucich conformó una profusa biblioteca personal, con numerosas y valiosos obras, publicaciones y documentos.
El 25 de abril de 1954 fue electo intendente de Quilmes por el Partido Justicialista, pero su mandato terminó de manera abrupta producto del golpe de estado del 16 de septiembre de 1955, autodenominado “Revolución Libertadora”. Bucich fue separado de su función, cesanteado en sus cargos de docente y enviado a prisión como consecuencia de las políticas del gobierno de facto. Recuperada su libertad, mantuvo su militancia política, vinculada siempre al peronismo quilmeño, y retomó sus actividades de educador y periodista.
Falleció en el año 1989.

Fernández, Avelino
AR-BCN-ISAAR-AV · Pessoa singular · 1929-2004

Avelino Fernández fue un dirigente gremial, Secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), militante y dirigente del Peronismo.
Nació en Buenos Aires, Argentina, el 11 de mayo de 1923 .Transcurrió su infancia en los alrededores del barrio de Parque Chacabuco en en seno de una familia obrera.
Desde 1943 se desempeñó como operario en la fábrica Tejeduría Mitre y en 1948 comenzó a formar parte de la comisión interna de trabajadores, hasta que la empresa cerró por quiebra en 1953.
En 1954 ingresó a la fábrica de estufas y calefones Volcán donde se desempeñó como tornero. Seis meses después fue elegido delegado de sección por sus compañeros.
Al año siguiente, con el golpe militar de 1955 comienza la represión al movimiento obrero y el peronismo inicia su fase de resistencia en la que Avelino Fernández ocupó un lugar destacado.
En 1957, luego de la intervención de la dictadura militar en la organizaciones gremiales, se convocó a nuevas elecciones y Fernández se convirtió en Secretario General de la UOM Capital. En agosto de ese mismo año los gremios identificados con el peronismo, con apoyo de algunos gremialistas comunistas, constituyeron las “62 organizaciones”, proceso en el cual participó activamente.
En las elecciones de la UOM de diciembre del año 1958, Avelino Fernández dejó el lugar a Augusto Timoteo Vandor para que sea candidato a Secretario General, asumiendo al año siguiente como Secretario Administrativo.
Durante 1959 fue designado integrante del Consejo Coordinador del Peronismo. En el mes de enero apoyó la huelga declarada por los trabajadores del Frigorífico Municipal Lisandro de la Torre que se oponían a la privatización que impulsaba el presidente Arturo Frondizi. A fines de 1960 participó junto a Armando Cabo y otros sindicalistas peronistas en un intento insurreccional en la ciudad de Rosario, con intervención de militares retirados como el General Miguel Ángel Iñiguez, el cual fue sofocado. Durante los gobiernos posteriores Fernández continuó su tarea de resistencia, tanto en lo gremial como político.
En Enero de 1963, la CGT elaboró un plan de lucha y conformó un nuevo secretariado encargado de normalizar las más de 90 CGT regionales del país. Avelino Fernández asumió la dirección del área convirtiéndose en el Secretario Gremial del Interior. En 1964 se encargó de la acción de ocupación de fábricas en la que se tomaron aproximadamente diez mil establecimientos ubicados en distintas partes del país. Hacia el final del año 1965 renunció a dicha Secretaría Gremial.
Enfrentó puertas adentro de gremio la idea de instalar en la clase obrera un “peronismo sin Perón” impulsada por Vandor.
El 30 de junio de 1969, Vandor es asesinado y Fernández, quien era Secretario Adjunto, ocupó su lugar en el cargo de Secretario General de la UOM Capital. En el mismo contexto, recibió el apoyo de Juan Domingo Perón desde el exilio para ocupar el cargo de Vandor a nivel nacional. El entonces presidente de facto Juan Carlos Onganía se opuso y en complicidad con otros dirigentes, se promovió la expulsión de Avelino Fernández y de su grupo de la UOM. Regresó entonces a trabajar en la fábrica Volcán sin dejar de lado su actividad militante, bregando por el regreso de Perón, con posiciones cercanas a las de la Juventud Peronista.
En Volcán se desempeñó hasta agosto de 1980 debido a nueva maniobra de la burocracia sindical que provocó su despido, después de más de 20 años de antigüedad en la empresa, impidiendo así su presentación a elecciones del gremio.
Luego de este hecho Fernández ingresó a trabajar en Calefones Universal y en 1984 formó la Agrupación Nacional Metalúrgica “Conducta Sindical” (Lista Celeste) para disputar nuevamente la conducción del gremio. Apenas creada, la nueva lista obtuvo candidatos a delegado en varias fábricas pero éstos fueron despedidos antes de las elecciones, impidiéndose así la gestación de listas opositoras. A su vez, los adversarios de Avelino Fernández buscaron excluirlo aduciendo que su tarea en Calefones Universal era de supervisor y que por lo tanto no pertenecía a la UOM sino a la Asociación de Supervisores Mineros, Metalúrgicos y Mecánicos (ASIMRA). Luego de infructuosos esfuerzos para garantizar la competencia en las elecciones, Avelino Fernández se retiró de la contienda al mismo tiempo que su agrupación denunció públicamente un pacto entre al sector de Lorenzo Miguel, la patronal metalúrgica y al Ministerio de Trabajo.
Se jubiló en 1993 pero no dejó de trabajar ni militar e involucrarse activamente en política.
Se manifestó firme opositor a las políticas del gobierno del presidente Carlos Menem y a los sectores conciliadores del Partido Justicialista de entonces, al mismo tiempo que apoyó a los dirigentes gremiales Germán Abdala y Víctor De Gennaro en el esfuerzo por consolidar la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Concluyó definitivamente su trabajo en Calefones Universal en el año 1996.
Falleció el 23 de abril de 2004. Durante su carrera fue siempre reconocido por sus compañeros como un hombre honesto, entregado a su lucha y convicciones.