Avelino Fernández fue un dirigente gremial, Secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), militante y dirigente del Peronismo.
Nació en Buenos Aires, Argentina, el 11 de mayo de 1923 .Transcurrió su infancia en los alrededores del barrio de Parque Chacabuco en en seno de una familia obrera.
Desde 1943 se desempeñó como operario en la fábrica Tejeduría Mitre y en 1948 comenzó a formar parte de la comisión interna de trabajadores, hasta que la empresa cerró por quiebra en 1953.
En 1954 ingresó a la fábrica de estufas y calefones Volcán donde se desempeñó como tornero. Seis meses después fue elegido delegado de sección por sus compañeros.
Al año siguiente, con el golpe militar de 1955 comienza la represión al movimiento obrero y el peronismo inicia su fase de resistencia en la que Avelino Fernández ocupó un lugar destacado.
En 1957, luego de la intervención de la dictadura militar en la organizaciones gremiales, se convocó a nuevas elecciones y Fernández se convirtió en Secretario General de la UOM Capital. En agosto de ese mismo año los gremios identificados con el peronismo, con apoyo de algunos gremialistas comunistas, constituyeron las “62 organizaciones”, proceso en el cual participó activamente.
En las elecciones de la UOM de diciembre del año 1958, Avelino Fernández dejó el lugar a Augusto Timoteo Vandor para que sea candidato a Secretario General, asumiendo al año siguiente como Secretario Administrativo.
Durante 1959 fue designado integrante del Consejo Coordinador del Peronismo. En el mes de enero apoyó la huelga declarada por los trabajadores del Frigorífico Municipal Lisandro de la Torre que se oponían a la privatización que impulsaba el presidente Arturo Frondizi. A fines de 1960 participó junto a Armando Cabo y otros sindicalistas peronistas en un intento insurreccional en la ciudad de Rosario, con intervención de militares retirados como el General Miguel Ángel Iñiguez, el cual fue sofocado. Durante los gobiernos posteriores Fernández continuó su tarea de resistencia, tanto en lo gremial como político.
En Enero de 1963, la CGT elaboró un plan de lucha y conformó un nuevo secretariado encargado de normalizar las más de 90 CGT regionales del país. Avelino Fernández asumió la dirección del área convirtiéndose en el Secretario Gremial del Interior. En 1964 se encargó de la acción de ocupación de fábricas en la que se tomaron aproximadamente diez mil establecimientos ubicados en distintas partes del país. Hacia el final del año 1965 renunció a dicha Secretaría Gremial.
Enfrentó puertas adentro de gremio la idea de instalar en la clase obrera un “peronismo sin Perón” impulsada por Vandor.
El 30 de junio de 1969, Vandor es asesinado y Fernández, quien era Secretario Adjunto, ocupó su lugar en el cargo de Secretario General de la UOM Capital. En el mismo contexto, recibió el apoyo de Juan Domingo Perón desde el exilio para ocupar el cargo de Vandor a nivel nacional. El entonces presidente de facto Juan Carlos Onganía se opuso y en complicidad con otros dirigentes, se promovió la expulsión de Avelino Fernández y de su grupo de la UOM. Regresó entonces a trabajar en la fábrica Volcán sin dejar de lado su actividad militante, bregando por el regreso de Perón, con posiciones cercanas a las de la Juventud Peronista.
En Volcán se desempeñó hasta agosto de 1980 debido a nueva maniobra de la burocracia sindical que provocó su despido, después de más de 20 años de antigüedad en la empresa, impidiendo así su presentación a elecciones del gremio.
Luego de este hecho Fernández ingresó a trabajar en Calefones Universal y en 1984 formó la Agrupación Nacional Metalúrgica “Conducta Sindical” (Lista Celeste) para disputar nuevamente la conducción del gremio. Apenas creada, la nueva lista obtuvo candidatos a delegado en varias fábricas pero éstos fueron despedidos antes de las elecciones, impidiéndose así la gestación de listas opositoras. A su vez, los adversarios de Avelino Fernández buscaron excluirlo aduciendo que su tarea en Calefones Universal era de supervisor y que por lo tanto no pertenecía a la UOM sino a la Asociación de Supervisores Mineros, Metalúrgicos y Mecánicos (ASIMRA). Luego de infructuosos esfuerzos para garantizar la competencia en las elecciones, Avelino Fernández se retiró de la contienda al mismo tiempo que su agrupación denunció públicamente un pacto entre al sector de Lorenzo Miguel, la patronal metalúrgica y al Ministerio de Trabajo.
Se jubiló en 1993 pero no dejó de trabajar ni militar e involucrarse activamente en política.
Se manifestó firme opositor a las políticas del gobierno del presidente Carlos Menem y a los sectores conciliadores del Partido Justicialista de entonces, al mismo tiempo que apoyó a los dirigentes gremiales Germán Abdala y Víctor De Gennaro en el esfuerzo por consolidar la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Concluyó definitivamente su trabajo en Calefones Universal en el año 1996.
Falleció el 23 de abril de 2004. Durante su carrera fue siempre reconocido por sus compañeros como un hombre honesto, entregado a su lucha y convicciones.
Bernardo Alberte fue militar, teniente coronel del Ejército Argentino, Edecán de la Presidencia, delegado del General Juan Domingo Perón cuando éste estaba en el exilio y organizador del peronismo revolucionario.
Egresó con el grado de Subteniente en 1939, promoción 66 del Colegio Militar de la Nación.
A principios de octubre de 1945, siendo oficial de la Escuela de Infantería, fue arrestado en Campo de Mayo y acusado de insubordinación luego de salir en defensa de Juan Domingo Perón tras su destitución y encarcelación en 1945. Recuperó su libertad luego de la movilización del 17 de octubre de ese año.
En 1952 cursó la Escuela Superior de Guerra recibiendo la medalla de oro junto al grado de Mayor y fue Jefe de Instrucción del Liceo Militar Gral. Paz de Córdoba hasta 1953.
En agosto de 1954 fue designado edecán del presidente Perón. En el intento de golpe de estado del 16 de junio de 1955, encabezó la defensa militar durante los bombardeos de la aviación naval a Plaza de Mayo y Casa de Gobierno. Consumado el derrocamiento del gobierno constitucional en septiembre del mismo año, se mantuvo entre las tropas leales al presidente depuesto, por lo que fue perseguido, pasado a retiro y encarcelado por el Servicio de Inteligencia del Ejército en reiteradas ocasiones. Durante su última encarcelación fue enviado al penal de Ushuaia junto a otros dirigentes peronistas como John W. Cooke y Héctor J. Cámpora.
En julio de 1956 fue liberado en Buenos Aires y volvió a recibir un pedido de detención al que no respondió siendo declarado en rebeldía. En el mes de octubre se asiló en la embajada de Brasil, partiendo luego al exilio hacia ese país, donde trabajó primero como vendedor ambulante y luego en el diario ''O Trabalhista'' del partido de Leonel Brizola. Regresó a la Argentina en 1958 tras la sanción de la ley de amnistía que dictó el gobierno de Arturo Frondizi y abrió una tintorería en Buenos Aires.
Al inicio de la nueva década comenzó, junto a Jorge Morganti, Julio Troxler y Rubén Sosa, a reorganizar el Movimiento Peronista según las directivas de Perón de contrarrestar la creciente influencia del líder metalúrgico Augusto Vandor. En ese contexto, en el año 1965, el líder justicialista envió a su esposa, María Estela Martínez de Perón (Isabel), a la Argentina, ocasión en la que Bernardo Alberte debió refugiarla en su casa por unos días.
En marzo de 1967 fue designado por Perón como su delegado personal y Secretario General del Movimiento Peronista. Durante sus meses de trabajo en estos cargos logró activar la lucha contra la dictadura de Juan Carlos Onganía y confrontó a las vertientes "participacionistas" de la rama sindical del movimiento, lo cual le valió la creciente confianza de sectores más radicalizados del movimiento, como la Juventud y el gremialismo combativo. También estrechó vínculos con el cristianismo progresista y revolucionario. Impulsó ante Perón la postulación de Raimundo Ongaro como secretario general de la CGT, organismo tuvo su congreso normalizador a fines de marzo de 1968. Dos días antes de la realización del mismo, Alberte presentó su renuncia como secretario general del Movimiento Peronista, luego de que Perón lo desautorizara por difundir un comunicado que lo comprometía ante las autoridades españolas.
Alberte promovió desde entonces junto a Gustavo Rearte de la Juventud Peronista, con el apoyo de Cooke y Jorge Di Pasquale del sindicalismo combativo, la organización del Peronismo Revolucionario. A la cabeza de ese proyecto, dirigió y financió el periódico "Con Todo" (1968-1969) con la colaboración de Rearte, García Elorrio y Alicia Eguren, entre otros. También colaboró en otros medios gráficos tales como "Che Compañero" (1968), "Crisol Peronista" (1968) y el Diario de COFADE (Comisión de Familiares de Detenidos, 1971/1972). En septiembre de 1968, Alberte salió en defensa de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), al ser detenidos en el monte tucumano.
Durante el congreso del peronismo en Pajas Blancas, Córdoba, en enero de 1969, se pronunció en representación de la tendencia por la toma revolucionaria del poder con el objetivo de crear un “Estado Socialista-Peronista” en beneficio de la clase trabajadora y otros sectores antiimperialistas, promoviendo la solidaridad con las luchas de liberación nacional de América Latina.
Su activismo le deparó varias veces la detención en dependencias policiales. A pesar de estas situaciones, mantuvo su accionar denunciando públicamente a las “organizaciones fantasmas” que perseguían militantes. En marzo de 1972 adhirió públicamente a la “alternativa independiente de los trabajadores peronistas” lanzada por las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP).
Tras el triunfo del peronismo el 11 de marzo de 1973, recuperó su grado de militar y obtuvo el ascenso al de Teniente Coronel (RE) en uno de los primeros decretos del Presidente Cámpora, reincorporación que rechazara años atrás al ser propiciada por Onganía. Declinó el ofrecimiento de dirigir YPF en el nuevo gobierno y por un breve período ocupó el cargo de Director de Defensa Civil de la Provincia de Buenos Aires, gobernada por Oscar Bidegain.
La crisis interna del peronismo que estalló tras los sucesos de Ezeiza del 20 de junio de 1973, seguida de la renuncia de Héctor Cámpora a la presidencia, lo encontró entre sectores dentro de la Tendencia. Ante la asunción de Juan Domingo Perón por tercera vez como Presidente de la Argentina (1973-1974), Alberte llama a apuntalar su gobierno.
Por su posicionamiento interno, Alberte comenzó a estar en la mira del Ministro de Bienestar Social y quien sería el Jefe de la organización paramilitar "Triple A", José López Rega, lo cual se aceleró tras la muerte de Perón. Luego de la renuncia de López Rega tras la movilización de la Confederación General del Trabajo contra el plan del Ministro de Economía (Celestino Rodrigo) del gobierno de Isabel Perón (1974-1976), a mediados de 1975 Alberte lanzó la Corriente Peronista 26 de Julio junto a los dirigentes Mabel Di Leo, Rubén Dri y Susana Valle, entre otros, con la idea de mediar entre las organizaciones guerrilleras y la presidenta, advirtiendo la existencia de un golpe militar en ciernes.
El 20 de marzo de 1976, días antes del golpe militar, logró eludir un intento de secuestro por parte de un grupo paramilitar. A propósito de esos sucesos, escribe una carta al Gral. Jorge R. Videla fechada el 23 de marzo, denunciando la responsabilidad de las Fuerzas Armadas en la represión ilegal.
El mismo día del golpe de estado, el 24 de marzo de 1976 por la madrugada Alberte es asesinado por efectivos uniformados del Ejército y la Policía Federal, quienes irrumpieron en su domicilio, un departamento ubicado en el sexto piso en el barrio de la Recoleta en Buenos Aires, y lo arrojaron con vida al vacío desde una ventana.
Bernardo Alberte es considerado la primera víctima del terrorismo de estado implantado por la última dictadura cívico militar en Argentina.